He recibido hace unos días una consulta sobre la
autenticidad de una acuarela de García Bonillo. Me escribía Belén G Medina: “Buenos
días Jose Maria, he visto que usted es un especialista en acuarela y que conoce
un poco o bastante la obra de Bonillo. Me gustaría saber si una acuarela que
tengo en mi casa es verdadera de Bonillo. Ya me dice si le puedo enviar la foto
porque yo resido en Granada. Muchas gracias”.
Naturalmente le dije que me la enviara – indicando “No soy
tan experto en arte como para detectar falsificaciones, pero mándeme la foto y
le daré mi opinión”- y así lo hizo, así como una foto solo de la firma en el cuadro. Adjunto las dos.
En cuanto pude le contesté: “He visto despacio las dos fotos
que me manda y creo que efectivamente la acuarela puede ser de García Bonillo,
ya que la firma es sin duda la suya habitual y las características técnicas de
la ejecución de la acuarela responden a las habituales de García Bonillo.
Sin embargo el tema de la acuarela, una casona, es muy
sencillo para lo que solía pintar García Bonillo que habitualmente tenía mucha
mayor complejidad. Tampoco tiene apenas color lo que no es habitual en él. Por
ello pienso que podría tratarse quizá de una de sus primeras acuarelas, de las
que no tengo noticia ninguna. Como puede comprobar, las fotos incluidas en el
blog que sobre el gran acuarelista he creado son en su mayor parte de
exposiciones de fechas en que ya era un pintor consagrado.
Pediré su opinión a Corral, amigo suyo y que es quien me
facilitó todos los folletos de exposiciones de García Bonillo que he publicado,
y le diré a usted qué opina él.”
Hablé con Antonio Corral –gran amigo de G. Bonillo, lo
conocí a raíz de la necrológica que publicó en el Ideal de Granada, con la que
inicié este blog-, que me dijo sería mejor ver la acuarela personalmente, y que
le dijera a la señora que si le permitiera verla, él iría a su casa, para lo
que me proponía diera su teléfono a esta señora, como así hice, escribiéndole: “Creo
interesante la opinión de Corral, más fundada que la mía. Hablando con él me
dice que la firma de la foto que usted nos manda es una de las utilizadas por
Bonillo, pero no la única. En fin, creo puede usted llamarle a ese teléfono y
quedar con él para que vea el cuadro.”
Sin embargo la señora me contestó que no era necesario: “Muchísimas
gracias! De su opinión nos fiamos totalmente.” Y me aclaraba que su padre lo compró con mucha
ilusión y esfuerzo hace muchos años y hace
unos días un anticuario intentó comprarlo por poco dinero diciendo que era una
falsificación. “Pero tenía mucho interés. La familia no quiere deshacerse de él
y solo es un tena sentimental. Muchísimas
gracias por su gran ayuda! ”
Otras opiniones
Le conté todo ello a Manolo Prieto, amigo y también
acuarelista, que también conoce a Antonio Corral, y después de mandarme un
interesante comentario, me dijo: “Y el marchante, ¿que iba a hacer con el cuadro,
si creía que era una falsificación?”.
Reproduzco su comentario:
“Es muy difícil opinar sobre una foto de internet. Para
empezar. Sabemos que los colores que llegan por este medio no suelen responder
fielmente al original, lo que supone una primera duda. Añadamos que, de
principio, hay que intentar empezar a valorar con una suposición: ¿se tratará
de una obra de sus inicios? La contestación razonable es: lo ignoramos, no
conocemos nada de Bonillo que no sea ya -como muy bien dices- de un tiempo en
el que ya es un grande de la acuarela. Creo que esto nos lleva directa y exclusivamente al terreno de las conjeturas
y, para mí, la primera es esta: ¿podríamos estar ante la obra de un imitador,
que no copia un cuadro, sino el estilo de Bonillo? Digo esto, ya que la obra no
es ninguna maravilla, pues acusa algunas imperfecciones impropias de un artista
al que nunca se le ha detectado el más mínimo defecto. Dudo que Bonillo
cometiera en ningún momento alguno de los pequeños fallos que yo he visto en el
cuadro. Y hablo de imitador por ser algo ya tan corriente. Recordemos lo que veíamos
hace poco de un imitador de Zbukvic.
Me hago, finalmente (pues no da más de sí), una pregunta:
¿me compraría ese cuadro? La respuesta es no. Un abrazo.”
Por último he preguntado en Facebook la opinión de los compas,
sin entrar en muchos detalles, y hay para todos los gustos. Miguel Torrús, que
es un afamado acuarelista, es el que me ha dado una contestación más amplia:
“No estoy muy seguro pero diría que no, que no es de
Rafael... mirando el gesto de la pincelada y la humedad es diferente a esas
pinceladas tan características en la obra de R. G. Bonillo. Hay otra cosa que
me hace inclinarme a que no es de él... la firma que aunque es similar... las
que he mirado, tanto las más antiguas como las últimas que realizo.... la firma
está realizada siempre en horizontal.... esta firma tiene una inclinación
ascendente que las que he mirado no tienen.... que podría ser de una acuarela
de una edad más temprana... complicado decirlo sin una mejor imagen y o ver el
original .Un saludo”
Le he agradecido mucho a Miguel su opinión, pero como
Antonio Corral –lo que no dije en Facebook- me habló de que esa firma puede ser
una de las que usó el maestro, yo sigo pensando que sí puede ser una acuarela
original suya, de su primera época.
Para comparar la simplicidad de
la acuarela que comentamos con otras del maestro, he ilustrado el post con varias que precisamente me ha
mandado Manolo Prieto recientemente, que ha ido encontrando en las redes y que
no conocíamos.